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Nombre: Kurmia
Ubicación: Buenos Aires, Argentina

lunes, mayo 25, 2009

Luz de la oscuridad

Se sabía que los grandes kabbalistas usaban con frecuencia su clarividencia para conocer las plegarias que hacía la gente al Creador, así como la respuesta. Un día de Yom Kipur, el día más elevado del año, después de que las plegarias y el servicio concluyeron, un Kabbalista se dirigió a su estudiante, que era el dueño de un bar que tenía sobre cargo de trabajo, y le dijo, “Yo sé lo que le pediste al Creador. En la noche le solicitaste que, al principio del año, te abasteciera con todo el dinero que necesitarías para sostener a tu familia, de manera que pudieras dejar el bar y trabajar tiempo completo en compartir y crecer espiritualmente.

A la mañana siguiente, reconsideraste tu petición al darte cuenta que todo ese dinero por adelantado sería demasiada responsabilidad, corregiste tu ruego y pediste sólo la mitad del adelanto primero, y la otra mitad seis meses después. En la tarde, una vez más, volviste a cambiar de parecer, esta vez pediste que el dinero fuera diferido en cuatro pagos.

¿Quieres saber la respuesta del Creador?”. El estudiante simplemente se sentó ahí y con gran emoción, aguardó la profecía del maestro.

“El Creador dice que ya tiene miles de ángeles sin preocupación propia alguna, cuyo único propósito es ser justos y cuidar a otros, cada segundo del día. No te necesita para eso. Lo que Él sí necesita es que, en medio de tu día desafiante, te tomes cinco minutos de Luz y los compartas con alguien cuando no quieras hacerlo, o no tengas el tiempo. Es por esto que naciste, para esos precisos momentos de sacar a la Luz de la Oscuridad”.

La mayoría de nosotros percibe al revés los propósitos de la vida. Pensamos que estamos alcanzando nuestro objetivo cuando nuestros días van bien y estamos inspirados. Pero, cuando las cosas no van bien, como que las descartamos, asumiendo que mientras tengamos suficientes días buenos para compartir y de crecimiento, entonces estamos “en forma”, espiritualmente hablando.

En esencia, esta es una visión falsa de la realidad. Como dice el Zóhar, “La Luz es sólo Luz cuando sale de la oscuridad”. Cuando en medio de las dificultades tomamos unos cuantos minutos para compartir y nos salimos de nosotros mismos, estamos revelando la Luz más poderosa y cumpliendo nuestro propósito.

Si nos esforzamos cinco minutos en compartir durante un día difícil, esto tiene más valor que todas las horas de buenas acciones hechas en un día perfecto. Sí, lo que haces en un buen día es esencial porque te permite tener claridad en la oscuridad. Pero la iluminación no es tan brillante como cuando las conexiones y el compartir se hacen en momentos duros.

La próxima vez que estés teniendo un día difícil (y la verdad sea dicha, hay algo de oscuridad todos los días) recuérdate, “Esta es la razón por la que estoy aquí”, y entonces ve a ver que puedes hacer para tomarte unos minutos y compartir, pensar en otra persona y conectarte a la Luz. De esto se trata la vida.


Extraído del blog Inspirando Cambio(Me llegó por Email)

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